Unicismo. El medicamento único


 

Se denomina unicismo a la prescripción de un sólo medicamento por vez.
Es la Homeopatía clásica, la homeopatía unicista, creada por Hahnemann.
Su práctica se apoya en fundadas razones,  entre ellas a saber :
La homeopatía basa su acción terapéutica en la ley de la similitud.
Los síntomas patogenéticos (sobre los que luego, por similitud con la totalidad del paciente se prescribe el medicamento), son producto de la experimentación sobre individuos   sanos de un solo medicamento o substancia por vez,  no de la conjunción de varios a la vez.
Cada medicamento o substancia experimentada modifica al individuo en su totalidad, física y mental, y es sobre esa totalidad característica que se aplica la ley de la similitud y se prescribe, no por considerar exclusivamente un síntoma local inespecífico.
Esto define a la homeopatía: la totalidad característica de cada paciente.
Se trata de encontrar aquellos síntomas mentales y físicos marcados por una modalidad peculiar en la  forma de ser o reaccionar que  en la comprensión del conjunto otorga al sufrir del paciente un carácter propio.
Muchos medicamentos pueden generar un síntoma, por ejemplo, dolor de cabeza, frontal, pero no todos los medicamentos capaces de generar ese tipo de dolor son capaces de curar a un paciente determinado que entre otras cosas, padece  ese síntoma.
El medicamento que curará al paciente es aquel que cubra los síntomas y aspectos característicos de la totalidad de ese individuo, no sólo sus cefalea frontal.

La utilización de varios medicamentos a la vez (práctica denominada pluralista o complejista) no toma en cuenta que la ley básica de la homeopatía, la ley de los semejantes, actúa por similitud patogenética y éstas (las patogenesias), son producto de la  experimentación  de  un sólo medicamento a la vez.
La administración de varios medicamentos conjuntamente no tiene patogenesia creada.
No hay que olvidarse por otra parte, que los medicamentos homeopáticos, por las potencias utilizadas en general ( por encima de la 12ª potencia centesimal)  actúan modificando la impronta energética del individuo,  es decir no a través de una acción química directa o masiva) y por lo tanto la  administración  de varios medicamentos juntos no permite saber qué tipo de comportamiento o cambio generará en la energía vital del individuo.
Este modo  de utilizar medicamentos homeopáticos  (a la vez de no tener clara la doctrina homeopática), apunta en general a intentar curaciones exclusivamente de tipo local, que  lleva muchas veces a supresiones transitorias de los síntomas, pero no verdaderas curaciones, con implicancias posteriores mas graves para la persona, como se explicará mas adelante.
Son conocidas las prescripciones “para el hígado, para el asma, etc”, absolutamente ajeno al espíritu  de la homeopatía.
Ya Hahnemann alertó en su época sobre estos “falsos homeópatas”que no llegaron a comprender el profundo alcance de la homeopatía y practicaban una suerte de medicina sintomática con medicamentos homeopáticos.

Tener un piano y tocarlo, no significa de por sí ser “pianista”. Prescribir medicamentos homeopáticos sin una comprensión profunda de su doctrina tampoco significa ser homeópata. El arte y la eficacia está en el conocimiento y en la cualidad con que estos “instrumentos” sean usados.