Es bastante habitual incluir a la homeopatía dentro de un gran grupo denominado terapias alternativas; “alternativas” por la alusión a la marginalidad con que se encuentran respecto a la medicina oficial o alopática.
La homeopatía no es una alternativa de la alopatía, es en sí una medicina de primera elección, no debiera considerársela “de alternativa”.
Por otra parte la inclusión bajo esta denominación donde se ubican formas terapéuticas muy diversas entre sí, sólo ayuda a confundir qué es cada cosa, por lo cual no me resulta adecuada su utilización , o por lo menos, no para incluir a la homeopatía.
Por ejemplo, las Flores de Bach, frecuentemente confundidas con la Homeopatía, no lo son, ya que no participan del principio de la la cura por similitud, que es la base de la homeopatía.
La Acupuntura y la Digitopuntura tampoco tienen que ver en sí con la Homeopatía.
Cada uno utiliza un método propio que amerita ser identificado individualmente y definido en sus principios y características por quienes conocen profundamente cada una de estas terapéuticas.
La Iridología es también frecuentemente confundida con la práctica de la Homeopatía.
No es un sistema terapéutico, se trata de un método al que se le atribuyen cualidades diagnósticas, que pueden eventualmente aportar a la evaluación clínica como lo puede hacer un examen paraclínico, y que es en ocasiones utilizado por algunos homeópatas complementariamente, pero no es una terapéutica y no tiene en sí, nada que ver con la homeopatía.