La experimentación de las substancias se realizaba inicialmente en estado puro. Por ejemplo el jugo extractado de una planta, o una substancia química, etc.
Esto provocaba frecuentemente importantes malestares y a veces efectos tóxicos, por lo que Hahnemann comenzó un particular proceso de atenuación que incluía la dilución de las substancias para evitar dichos inconvenientes.
Consistía en la trituración de la substancia original (ya fuese mineral, vegetal o animal), dilución progresiva de una parte de la misma en agua destilada, y sucusión de la dilución, proceso conjunto al que denominó “potenciación”.
Este mismo procedimiento continúa utilizándose en la actualidad para preparar los medicamentos (aunque con ciertas modificaciones técnicas para realizar las potencias mas altas, donde se usan dinamizadores mecánicos)
Veamos un ejemplo : La substancia escogida, vegetal, mineral o animal se la somete a una minuciosa trituración. De allí se toma una parte o gota de la substancia y se la diluye en un frasco con 99 partes o gotas de agua destilada. Esta dilución se sacude luego enérgicamente (sucusión) obtieniéndose la 1ª dinamización centesimal o 1ª potencia centesimal.
Del frasco conteniendo la 1ª dinamización centesimal se extrae una gota o parte, se la diluye en 99 gotas o partes de agua destilada, se hace la sucusión, y se obtiene entonces la 2ª dinamización centesimal.
Este procedimiento se continua las veces que sea, realizando en cada uno los mismos pasos obteniendo la 3ª, la 4ª, la 5ª , la 6ª potencia centesimal, etc, etc.
Existen otras escalas de dinamización de las substancias además de la centesimal, (como la escala decimal o la cincuentamilesimal) pero no es la intención detallar su procedimiento en este trabajo.
Luego de cierto número de diluciones se llega al punto en que ya no hay substancia original químicamente comprobable en el agua, lo que teóricamente sucede a partir de la 12ª dilución centesimal, por sobrepasar el número de Avogadro. Este establece que a partir de determinada dilución, correspondiente a 6,02 x 10 a la -23 moléculas x mol, ya no existe soluto disuelto en el solvente, lo cual quiere decir que el agua es “inerte” del punto de vista químico.
Pero, a pesar de ello, esta preparación (que no es sólo una dilución ) no deja de ser activa del punto de vista clínico.
La sucusión en este proceso de preparación es sumamente importante, comprobando la experiencia clínica, que es responsable de la transmisión de las cualidades activas al agua.
Para el asombro, estos medicamentos en potencias altas, carentes ya de substancia original químicamente comprobable, seguían generando síntomas al ser experimentados (aún en mayor número), y provocando curaciones en los sujetos con síntomas similares.
La experimentación de substancias dio lugar a comprobar que no producían exclusivamente síntomas físicos, sino que también afectaban el psiquismo del experimentador, provocando en cada uno de ellos, diversas y particulares sensaciones, estados de ánimo, pensamientos o afectos.
Y aún más, muchas substancias que administradas en estado puro no provocaban sintomatología alguna, al ser preparadas bajo el método de potenciación homeopática, desarrollaban el poder de despertar síntomas tanto físicos como mentales y por lo tanto, capacidades curativas al ser aplicado según el principio de la cura por lo similar.
Es decir la substancia modifica el “sentir ” del experimentador expresándose a través de síntomas y sensaciones, resultado de la reacción de ésta con las características particulares del individuo.
Todos los síntomas y sensaciones con sus particulares modalidades, “percibidas” por cada uno de los sujetos durante la experimentación de una substancia, fueron (y siguen siendo) recopiladas, formando la patogenesia del medicamento.
Por lo tanto cada patogenesia describe lo que el medicamento generó en distintos individuos sanos y por lo tanto, lo que es capaz de curar en aquellos que espontáneamente padecen síntomas similares.
La acción de la homeopatía no puede ser explicada por los principios de la química, como tampoco se puede explicar todo el fenómeno vital a través de la biología.
Mas allá del orden de la biología se encuentran las leyes de la física, a las que están supeditadas todos los elementos que conforman la materia del universo . Es allí en donde se plantea, pueda hallarse la explicación del mecanismo de acción de la homeopatía.
Hacia estas leyes y aspectos de la física se está dirigiendo la investigación científica de punta, reconociendo que aún sólo se conoce una escasa parte, pero lo suficiente para considerar que el paradigma biologista es sólo un eslabón intermediario en el fenómeno vital, inserto en las leyes del todo.
(*)Una de las hipótesis formuladas en los últimos años que intenta explicar el modo de acción de los medicamentos homeopáticos, (resumidamente) considera que el agua o solvente guarda una “memoria” de la substancia original, a modo de un “calco”, o “molde”, constituída por las configuración espacial de las moléculas del solvente alrededor de las moléculas de la substancia original, en donde la sucusión provocaría un aumento del número de “moldes” en esa solución aunque ya no estuviese la substancia original.
(*) Una hipótesis de trabajo sobre medicamentos homeopáticos microdiluídos. Dres. G.S. Anagnostastos, G. Vithoulkas, P.Garzonis y C. Tavouxoglou. The Berlin journal on research in homoeopathy. Vol.1 Nº 3, junio 1991. (Publicado en Acta homoeophática Argentinensia Nº 51, 1995.
Si bien se ha especulado y existen diversas teorías, lo mas importante consiste en definitiva en reconocer el hecho concreto de la acción curativa de la homeopatía.
Hahnemann ya señalaba sabiamente, que nunca se podrá develar el misterio de la vida.
No obstante esto no desestima el desarrollo de nuevas explicaciones e investigaciones que ayuden a aproximarnos más a la comprensión de estos principios.